Todo tiene un comienzo, todo descontento tiene efectivamente una causa o en este caso varias. Chile, un país que ha aparentado una economía estable, un statu quo a la altura de un modelo económico neoliberalista, llamado capitalismo, hoy estalla sin contratiempos, estalla para demostrar y expresar mediante múltiples formas todo el descontento social que hay en general. Esta vez la lucha es de origen transversal, esta es la razón por la cual no se identifican partidos políticos detrás, más bien son personas, que piden lo justo, desde la propia dignidad, hasta el reconocimiento que cada individuo merece tener, y así mismo las condiciones propicias para vivir. 

Chile, país en donde la producción ha sido el enfoque principal, en donde las largas jornadas laborales impiden tener una sana convivencia con la familia, en donde los profesores ya no refuerzan lo aprendido en casa, sino que están criando prácticamente a los niños y niñas de este país, y esto sin contar con las condiciones tanto en lo que respecta a los salarios, como también la parte emocional y psicológica para el ejercicio de la labor docente. Este modelo actual viene a decapitar el bienestar de la ciudadanía en general, con una desigualdad evidente en la población, con fuertes brechas sociales y condiciones deplorables para la gran mayoría.

Por un lado, los servicios públicos son nefastos, en donde la salud y la educación son bienes de consumo que han convertido a estos servicios tan esenciales para el ser humano, en verdaderas instituciones de mantenimiento del modelo económico, reforzando la estructura que día a día nos violenta en todas sus formas. La violencia representada de múltiples maneras como lo es “tener que levantarse más temprano para no tener que pagar la tarifa en horario punta del Metro”, que, por lo demás, es la tarifa más alta en Latinoamérica, que “no importa cuánto vayas a esperar en el consultorio porque de esta forma estás haciendo vida social”. Estas y muchas otras opiniones que fueron emitidas desde el gobierno de Piñera han provocado la impotencia y el dolor, ya que representa una burla a las condiciones que todos los trabajadores de este país estamos totalmente expuestos, y que llevamos años soportando desde una conformidad, y que además han provocado grandes problemas de salud mental en la población, pues es una vida verdaderamente insoportable.

Vives para trabajar, para producir, para aumentar los privilegios de otros, y a cambio entregas la vida, el tiempo de cada persona que simboliza un precio bastante alto, pues nos va alienando cada día un poco más. Esta situación se puede ver reflejada en extensas jornadas laborales que no te permiten tener un bienestar como ser humano, no hay absolutamente tiempo de distensión, que es muy importante, pues ahí se desarrolla la creatividad y el pensamiento, y es justamente en donde se cultiva el pensamiento crítico que es la herramienta en estos casos de concientización, en donde el objetivo es hacernos conscientes de sí mismos, y también del mundo que nos circunda; es decir, en qué condiciones estamos llevando nuestro día a día. Varios son los temas que son precisos de mencionar.

En términos generales, las pensiones son precarias, trabajas toda una vida para recibir una precariedad que no te permite sobrevivir. Y además las AFP se llevan un alto porcentaje de los ingresos, siendo un robo consciente. Miles de personas que han entregado su vida al trabajo, terminan desesperados porque no les alcanza para vivir, qué decir del sueldo mínimo es tremendamente bajo, absolutamente nadie puede vivir en esas condiciones, porque recordemos que la salud, la educación y todos los servicios se han convertido en un negocio. Por lo tanto, todo lo que una persona percibe se va en estos servicios de alto costo. Universidades que se dicen ser públicas están replicando las mismas prácticas que las privadas, las universidades privadas tuvieron lugar en el mandato de Pinochet, en donde comenzó todo a privatizarse hasta la actualidad.

Todo responde al modelo económico neoliberal, la lucha histórica de los pueblos originarios por el reconocimiento y la libre determinación, años de lucha, generaciones tras generaciones resistiendo ante un modelo social que nos quiere eliminar, con empresas extractivistas que destruyen nuestra tierra, la sobreexplotación de los recursos naturales. Somos víctimas de la militarización del Wallmapu en Temuco, los mapuche que hemos venido resistiendo y luchando contra un Estado opresor que inventa montajes para llamarnos terroristas, siendo que la opresión viene por el lado estatal que nos violenta todos los días.

La desaparición del agua, primero en la ciudad de Osorno, luego a lo largo de todo el país, agua que se están robando las mineras y las demás empresas para lucrar con ellos, dejando a toda una población en una escasez tremenda de lo más básico que cada uno debiese tener. Y ahora que la gente se cansó de todas estas malas condiciones de vida, aparecen los ríos, aparecen los lagos, el agua retoma su cauce y podemos ser testigos de cuánto anhelaban el agua los animales, porque era motivo de muertes masivas, diariamente por la escasez y sequía que intenta hacernos creer que no hay agua.

Finalmente, la presión social es una herramienta importante en la lucha actual, pues de esta manera las cosas pueden posiblemente ir cambiando, pero no cambiarán si Piñera sigue como presidente, pues ha sido nuestro segundo dictador en la historia. Por un lado, Pinochet en el 1973, ahora Piñera. Esta lucha aún no termina, será un proceso largo, sobre todo porque hemos perdido vidas, en donde ha habido asesinatos, violaciones a mujeres y hombres, detenciones ilegales, múltiples formas de tortura, una evidente práctica de violaciones a los derechos humanos, que no quedará y no debe quedar impune puesto que los militares han cometido las mismas atrocidades, con su fusil y su nula capacidad de pensamiento, han provocado una nueva dictadura en lo que se supone que es democracia.

Chile no volverá a ser el mismo, el descontento es tal que la lucha cada día va con más fuerza, con más convicción. Sabemos de qué se trata todo esto, sabemos cómo se articula el sistema que todos los días nos oprime, sabemos lo que queremos y lo que no queremos como país, queremos un cambio que esté reflejado en una nueva Constitución, en donde el cambio sea a nivel estructural para que no se siga reproduciendo el mismo modelo que hemos venido soportando por años. Sabemos que algunos medios de comunicación se han vendido al gobierno, de esta manera se han articulado formas de control, de censura de lo que ha estado pasando estos días en Chile provocando una desinformación en general. Solo los medios que son independientes han podido reflejar lo que verdaderamente pasa, los demás medios de comunicación han mostrado situaciones de manera estratégica para intentar deslegitimar la lucha, para bajarle el perfil de lo que está sucediendo actualmente, con el propósito de no querer entender que esta lucha es totalmente legítima. Desde varios frentes han intentado silenciarnos, por esta misma razón, los jaguares de Latinoamérica  hemos decidido no serlo más, hemos decido luchar contra el más grande gigante, pero esta vez sin miedo, sin nada que perder, porque prácticamente vamos sin nada, pues este sistema nos ha quitado varias cosas, pero algo quedó y esa es la sed de ser ciudadanos libres y con una capacidad crítica de nuestro pasado, presente y futuro. No más pérdidas humanas, no más violencia por parte del Estado, no más gobiernos dictatoriales. Chile despertó y ya no hay vuelta atrás.