Chile y la real pandemia de la desigualdad en el contexto del COVID-19
En esta emergencia sanitaria mundial que estamos atravesando como humanidad, ha quedado al descubierto varios aspectos que algunos o la gran mayoría de los países no han podido enfrentar de manera correcta. En particular en Chile jamás han podido manejar e implementar medidas que puedan fortalecer la protección de las personas. Porque la prioridad siempre ha estado en el aspecto económico y el cómo producir más y más, que el valor de la vida en sí misma. Esta situación en particular ha dejado entre ver lo peor del sistema y su funcionamiento, de esta manera podemos entender que las prioridades de este gobierno es el dinero y la ambición, poco la vida y la dignidad de las personas.
Cuando se informó del primer caso de coronavirus, no se tomaron las medidas en la inmediatez sobre todo porque estábamos en plena movilizaciones sociales que marcó un 8M muy masivo e histórico. Pasaron unos días y se comenzó a tomar medidas poco efectivas como un toque de queda que comienza a las 22:00 y termina a las 05:00 de la mañana, este horario le permitió al gobierno apropiarse del espacio de lucha que simboliza la plaza de la dignidad, ex plaza Italia. El gobierno de Sebastián Piñera está aprovechando la coyuntura para sus fines más siniestros en contra de la sociedad pues no tardó en cercar la plaza, pero aun así los ciudadanos volvieron a recuperar el espacio de lucha, porque la desigualdad traspasa cualquier límite y la paciencia de todas las personas se está acabando. Días antes el presidente se saca una fotografía en este mismo lugar, que refleja una evidente inmadurez, inconciencia e indolencia y por supuesto una provocación hacia nosotros, el pueblo. Un presidente incapaz de gobernar inoperante al igual que sus ministerios.
Por ejemplo, el Ministro de Salud meses antes, presume de tener “el mejor sistema de salud del planeta” luego vemos a los funcionarios de los hospitales públicos haciendo mascarillas por no tener lo suficiente para enfrentar esta pandemia. En Chile desde el 18 de octubre se ha estado viviendo una lucha social por los derechos y los servicios públicos que evidencian la ausencia del Estado como regulador de toda la sociedad. La salud, la educación, el trabajo, los fondos de AFP, todos los servicios básicos están en manos de los privados, que establecen los precios a partir de su exacerbado poder que nos ve como un número reemplazable. Esto es lo que se ajusta a la lógica capitalista que intenta sobre poner la producción por sobre la vida y su integridad. De esta manera, la violación a los derechos humanos, es una situación que esta presente en tiempos de estallido social y también de pandemia.
Cuando se empezó a masificar el Covid 19 en Chile los trabajadores se trasladaban en masas a sus respectivos trabajos, siendo que se había declarado estado de emergencia, pero claro era sólo para algunos, mientras que a otras personas le anulan el derecho a la protección y a poder permanecer en sus casas con sus familias. Definitivamente la lógica capitalista se impone con fuerza ante lo esencial. Y es esa justamente la lucha que hay que dar ante un gobierno que nos saca los ojos, nos reprime y que pretende mantenernos callados ante la tremenda desigualdad que podemos vivir día a día. Todo el estallido social que ocurrió hace unos meses antes, está teniendo mayor visibilidad, y se está justificando con más fuerza, entendiendo que se necesita efectivamente una nueva constitución, en donde el pueblo decida.
Los días avanzan y vemos con total normalidad las injusticias que diariamente se viven en Chile, desde medidas del Ministerio de Educación a que las clases se debían retomar el 27 de abril, sabiendo que la curva de contagio del virus está en constante aumento, y luego retractarse porque toda la ciudadanía decidió, que no enviarían a sus hijos. La falta de criterio en este país es algo que se ha vuelto constante, sobre todo en las situaciones que requieren un poco más de humanidad, y de esto es justamente de lo que carecen los individuos que están en el gobierno actualmente. Hace unos días el gerente general de la cámara de comercio de Santiago indicó “no podemos matar toda la actividad económica por salvar las vidas, porque después vamos a estar lamentando que la gente se muera de hambre” es de esperarse que un comentario así provenga de la cámara de comercio, pero el gobierno y toda las medidas que han implementado están basadas justamente en esta lógica, salvar vidas no es una prioridad, la salud de las personas no son importantes, las medidas de protección no son para todos.
En semana santa donde el flujo de vehículos aumenta considerablemente, estando en cuarentena, las medidas no fueron iguales para todos, los que tienen mayores recursos en este país no dudaron en sacar sus avionetas privadas e ir a sus terceras casas a la orilla del mar, aglutinándose en los terminales pesqueros para comprar sabiendo que las aglomeraciones no están permitidas. El claro reflejo de la desigualdad, del egoísmo y de la arrogancia para con la sociedad. Es una clara desconsideración y poca empatía con el otro además de un evidente abuso de poder, que va en desmedro de los demás.
En las comunidades indígenas deciden cerrar sus territorios para que los turistas no ingresen y de esta manera poder implementar estas medidas como preventivas frente al Covid 19. Los pueblos indígenas, poseemos otras formas de cuidado, desde la medicina ancestral que nos fortalece no solamente el cuerpo, comprendemos que la salud es algo más bien espiritual , y el conjunto de un todo, consideramos otras formas más importantes que nos puedan proteger de la enfermedad, recordemos que los pueblos indígenas hemos venido resistiendo y enfrentando epidemias y enfermedades que han traído los colonizadores que nos han venido a dejar lo peor que es propio de ellos.
Para sintetizar, el panorama en este país no es alentador para nadie, y al igual que en muchos países con políticas neoliberales. En donde lo más básico para subsistir no prevalece como lo universal que debería ser.